Fundamentación
Arquitectura
Instalaciones y equipos
   




PROLOGO

 







La progresiva especialización y disgregación que ha caracterizado la evolución del conocimiento ha dificultado el abordaje de ciertos problemas ambientales contemporáneos que son de carácter global. Los intentos realizados desde diversas disciplinas por superarlos se ven facilitados en aquellas profesiones con vocación integral, como es el caso de la arquitectura. Conforme a esto y aceptando el concepto de ambiente como sinónimo de totalidad, es fácil inferir la extrema consistencia de las relaciones ambiente-arquitectura. Este vínculo es tan estrecho y obvio que hablar de arquitectura contextualizada, como diría Mario Botta, es tan redundante como hablar de música fónica.

No obstante, el excesivo culto por las imágenes que ha prevalecido en ciertas etapas de la práctica profesional de la arquitectura –en detrimento de los conceptos acerca de lo que debe ser una edificación acoplada a su contexto– ha desvirtuado el gran potencial integrador de esta profesión. Ejemplo de ello es lo acontecido en el campo energético y, más específicamente, en el tema de las energías incorporadas al ciclo de vida de las edificaciones, donde el estudio de sus diversos aspectos (económicos, tecnológicos, de salud pública o impacto ambiental) ha carecido de una plataforma de conceptos comunes que faciliten su debida integración. Afortunadamente, existen también tendencias dentro de la arquitectura que bajo diversas denominaciones (arquitectura orgánica, arcología, arquitectura verde, cibertectura, arquitectura sostenible, arquitectura bioclimática, «baubiologie», etc.) han logrado preservar en el tiempo este carácter esencial del oficio. En el caso de la arquitectura bioclimática se le exige al diseñador el manejo de nociones tan disímiles como pueden ser las relativas a climatología, termodinámica o fisiología humana, así como sus necesarias vinculaciones con aquellas otras funciones con las cuales también debe cumplir una edificación (económicas, simbólicas, de contención y ordenamiento de actividades, etc.). Adicionalmente, la concreción del diseño requiere del manejo de tecnologías constructivas incorporadas a las grandes tendencias actuales que procuran des-materializar y des-energizar el entorno artificial, apoyándose para ello en el uso de técnicas intensivas en conocimiento.

La expresión más reciente y llamativa de estos esfuerzos la constituyen los llamados edificios inteligentes, gracias a su capacidad para adaptarse en forma automatizada a los cambios ambientales mediante el uso de sofisticadas tecnologías. No obstante, existen también edificaciones que gracias a sus características intrínsecas (orientación, configuración, disposición de aberturas, tratamiento de fachadas, etc.) logran un excelente comportamiento bioclimático a menores costos, menor consumo energético y menor dependencia tecnológica, a los cuales pudiera considerárseles igualmente inteligentes y, quizás, hasta sabias. Ejemplo de ello en nuestro país lo ha sido, entre otras, las obras de arquitectos como C. R. Villanueva, F. Vivas, T. y E. Sanabria, G. Legórburu y J. Alcock. Estas referencias locales, junto a los aportes en el plano teórico iniciados a mediados del siglo pasado por autores como D. Lee, G. Atkinson, J. Page, D. Oakley, O. Koenigsberger, B. Givoni, V. Olgyay y S. Szokolay en torno a los atributos que deben poseer las edificaciones en el trópico, influyeron notablemente en los primeros intentos hechos en nuestras escuelas de arquitectura por incorporar y sistematizar la enseñanza de estos importantes aspectos del diseño.

Todo lo anterior constituye, sucintamente, el marco dentro del cual se inscribe la presente obra. Ella es producto del esfuerzo sostenido durante años en el Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción de la Facultad de arquitectura y Urbanismo UCV por contribuir a consolidar estas tendencias. Así, este Manual de Diseño para Edificaciones Energéticamente Eficientes en el Trópico representa un valioso testimonio de ese esfuerzo, el cual ha contado para su materialización con el generoso respaldo del Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología y de la C. A. La Electricidad de Caracas.


Ernesto C. Curiel Carías
Profesor Asociado